Creo que si algo ya quedó claro aquí, es que el cine es como mi amor platónico y cada vez que lo veo, siento mariposas en el estómago y todo es bonito y mágico. Es un amor que nunca decepciona.
Este domingo, volví a ver Cinema Paradiso. Si la han visto, tal vez entenderán a qué me refiero si digo que es una de las mejores películas del mundo y una de las más mágicas que existen en la historia del cine.
Si no la han visto, no sé dónde han estado metidos en los últimos 28 años (casi 29, porque fue filmada en 1988), pero si tienen un poco de amor por sus pobres almas en desgracia, véanla en su servicio de streaming favorito porque Netflix NO LA TIENE (pobre Netflix miserable); o yo se las presto, pero ME LA REGRESAN, odio a la gente que le prestas libros o películas y TE LOS ROBAN (y se hacen tontos cuando les preguntas "oye, y mi película?"
¿De qué se trata Cinema Paradiso? En un pequeño pueblo siciliano después de la segunda guerra mundial, hay un cine, situado en la plaza del pueblo (que a su vez, tiene al típico loco de plaza que grita mientras corre "la piazza è mìa"): Il Nuovo Cinema Paradiso.
Se trata de este cine, que es la única fuente de entretenimiento y diversión para los habitantes del tranquilo pueblo olvidado por el tiempo, su operador, Alfredo y su mejor amigo, un niño pequeño llamado Salvatore.
Salvatore es, como yo, una persona enamorada del cine y el único del pueblo que ve y entiende la magia que sale del proyector.
Y el final.... no se los voy a contar, sé que no es bueno arruinarle a la gente las cosas, pero cuando lo vean, entenderán porqué es lo más mágico que existe en todo el mundo.
Los quiero.
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